En la antesala del invierno el paisaje cambia sus colores, y los caminos y bosques cubren sus suelos con alfombras de hojas pardas y ocres, crepitantes a nuestro paso. La tercera estación del año, con sus temperaturas todavía agradables, nos permite disfrutar haciendo senderismo, pasear entre árboles teñidos de naranja y rojo, disfrutar del aire fresco y buscar las codiciadas setas de la temporada. El otoño bien merece una escapada de fin de semana, o en el día, para visitar los siete pueblos con más encanto a menos de 2 horas de Madrid.
Buitrago del Lozoya (Sierra Norte de Madrid)
Buitrago se asienta a orillas del río Lozoya, rodeada de montañas en la Sierra Norte de Madrid. Conserva un valioso legado medieval que se refleja en su impresionante conjunto amurallado, uno de los mejor conservados de la Comunidad de Madrid.
En otoño el río y la ribera se llenan de vegetación que se tiñe de colores cálidos, y la muralla medieval y el castillo de los Mendoza se recortan entre árboles dorados.
Desde la muralla alta hay vistas espectaculares del río Lozoya y del casco urbano. Además, se pueden observar réplicas de máquinas de asedio medieval y acceder a la emblemática Torre del Reloj en la Plaza de la Constitución. Desde el Adarve bajo se puede recorrer el exterior del Castillo de los Mendoza y la Coracha, una estructura defensiva que conecta con el río. Además desde el Puente del Arrabal, de origen románico, hay una de las vistas más icónicas del pueblo.
Y no olvides visitar la colección de obras de Picasso, gratuita, donada por Eugenio Arias, amigo del artista.
Patones de Arriba (Comunidad de Madrid)
A unos 60 kilómetros al noreste de la capital, se encuentra éste pequeño pueblo escondido en el escarpado Valle del Jarama, que marca la frontera natural entre Madrid y Guadalajara. Este enclave ha permitido que Patones de Arriba conserve un carácter único, con sus calles serpenteantes y construcciones de pizarra negra, ejemplo sobresaliente de la llamada “arquitectura negra” de la región.
Hoy en día, el núcleo antiguo está lleno de restaurantes de cocina tradicional, tiendas ecológicas, talleres artesanales y alojamientos con encanto, que hacen que la villa parezca suspendida en el tiempo. En 1999 fue declarado Bien de Interés Cultural por la conservación de su patrimonio arquitectónico y su paisaje rural.
Una de las mejores formas de llegar es a través de la senda ecológica El Barranco, un camino que parte desde Patones de Abajo y que en unos 20 minutos de subida, permite disfrutar del relieve montañoso y de las vistas. Justo en la entrada del pueblo se alza la Iglesia de San José, del siglo XVII, que actualmente alberga la Oficina de Turismo.
Para los aficionados al senderismo, hay varias rutas y senderos como: la ruta al Cancho de la Cabeza, la ruta hacia el sendero del Arroyo y la senda ecológica de El Barranco. Si prefieres pedalear, tienes rutas en bicicleta hasta el arroyo de Patones, hacia el Berrueco o puedes practicar la senda de Genaro.
En noviembre, se celebra el popular Mes de los Callos, una cita gastronómica ideal para quienes buscan platos de cuchara reconfortantes en pleno otoño.
Cercedilla (Sierra de Guadarrama)
Cercedilla ha sido históricamente un punto de paso entre Madrid y Segovia, ubicado en la Sierra de Guadarrama, a solo una hora de Madrid. De origen romano, como lo demuestra la antigua calzada romana que aún se conserva y puede recorrerse a pie.
Al municipio se puede llegar en coche, autobús o tren. Desde la pintoresca estación parte el Tren de la Naturaleza, una experiencia educativa para niños y adultos. Los aficionados a caminar disfrutarán de la ruta de los poetas, la Calzada Romana, el Camino Schmidt, la ruta de Las Dehesas y el camino del agua.
Y para un plan más cultural tenéis la visita a la Fábrica de la Luz y el Museo del Esquí que recuerda la figura de Paquito Fernández Ochoa.
Rascafría (Sierra de Guadarrama)
Rascafría es un encantador pueblo situado a 100 kilómetros al norte de Madrid, en la Sierra de Guadarrama. Enclavado en el hermoso valle del Lozoya, ofrece paisajes encantadores rodeados de bosques y ríos.
Destaca en la villa, el Monasterio de Santa María del Paular declarado Bien de Interés Cultural. Conviven en él una mezcla de estilos, destacando el gótico flamígero en su portada. A pesar de su antigüedad, sigue habitada por monjes benedictinos. Estos continúan elaborando productos artesanales como miel, quesos y licores, que se han convertido en parte del sello local.
Muy cerca está el Puente del Perdón, que ofrece una de las vistas más impresionantes del monasterio. En los alrededores hay construcciones históricas como el Molino de papel de los Batanes, famoso por haber producido el papel utilizado en la primera edición de Don Quijote de la Mancha.
En el núcleo urbano destacan la Plaza de los Trastámaras, El Ayuntamiento, de estilo neomudéjar y la Parroquia de San Andrés Apóstol, del siglo XV que añade un toque de solemnidad histórica al conjunto. En otoño se celebran las Jornadas Gastronómicas de Setas, Caza y Vino, y los restaurantes locales ofrecen menús especiales con productos de temporada.
Tras la comilona, el Paseo Azul ofrece una ruta urbana a lo largo del arroyo Artiñuelo. Otra opción es adentrarse en el Bosque Finlandés, un enclave mágico que con sus árboles, su estanque y su sauna nos transporta a paisajes del norte de Europa.

Chinchón (Comunidad de Madrid)
Chinchón es uno de los pueblos con más encanto de la Comunidad de Madrid. Su Plaza Mayor, de origen medieval, es el corazón del municipio y uno de los rincones más fotografiados de España.
Rodeada por balcones de madera pintados de verde, esta plaza porticada ha sido escenario de mercados, fiestas, corridas de toros y rodajes cinematográficos. Desde allí, las callejuelas empedradas conducen hacia la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que guarda en su interior un cuadro de Goya y al Teatro Lope de Vega.
En lo alto del pueblo se alza el Castillo de los Condes, una fortaleza del siglo XV, no visitable, que ofrece una vista imponente del entorno. Muy cerca, el Convento de las Clarisas y el Monasterio de San Agustín completan el recorrido monumental.
Sigüenza (Guadalajara)
Sigüenza se encuentra a unos 130 kilómetros de Madrid, al norte de la provincia de Guadalajara, en Castilla-La Mancha. Esta ciudad medieval, se alza sobre un promontorio junto al río Henares y ha sido testigo de siglos de historia.
Su castillo, hoy Parador Nacional, domina el paisaje y ofrece una vista privilegiada del casco antiguo. Desde allí, las calles empedradas conducen al visitante por las Travesañas, el antiguo barrio medieval.
La Catedral de Santa María, de gran belleza, mezcla varios estilos y alberga la famosa tumba del Doncel de Sigüenza, una escultura funeraria símbolo de la ciudad.
El ambiente señorial se completa con plazas como la del Obispo y la del Castillo, y con edificios como la Casa del Doncel o la Iglesia de San Vicente. Los alrededores ofrecen rutas naturales como el Barranco del Río Dulce, ideal para los amantes del senderismo.
Cadalso de los Vidrios (Sierra Oeste, Comunidad de Madrid)
Cadalso de los Vidrios se encuentra en el suroeste de la Comunidad de Madrid, en plena Sierra Oeste, muy cerca de los límites con las provincias de Toledo y Ávila. Este pintoresco municipio, históricamente lugar de descanso de reyes, conserva un rico patrimonio.
Se puede visitar el Palacio de Villena, una construcción del siglo XVIII, antigua residencia real que hoy se utiliza para eventos culturales. La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción destaca por su estilo gótico-renacentista y está catalogada como Bien de Interés Cultural.
El entorno natural recorre parajes como el cerro de Cabeza Reina o hermosos caminos entre viñedos. El municipio es además conocido por su historia en la fabricación de vidrio que aún se recuerda en algunos talleres artesanales. En otoño hay rutas como la del arroyo Tórtolas que permiten disfrutar de los cambios del paisaje.
Con estas propuestas no hay excusas para no planear un fin de semana u organizar una excursión de un día para respirar aire puro, alegrar la vista con los magníficos colores del otoño y disfrutar de una deliciosa cocina tradicional castellana.





